Por Carlos Bogossian*  – Una masacre transerrana, que marcó la historia del siglo XIX en Argentina, es la escenografía del detrás de este emblemático sector de las localidades de Nono y Las Calles.

Un 31 de diciembre de 1829 las tropas unitarias al mando del general José María Paz, invadían Traslasierra bajando de la sierra en varias columnas, una de ellas la más numerosa al mando del General lo hacía en el actual Paraje Paso de Las Tropas. Así comenzaba un capítulo negro de la historia nacional que tuvo a nuestro oeste como protagonista.

CAMPAÑA DE LA SIERRA: EL INICIO DEL TERROR SISTEMÁTICO EN LA HISTORIA ARGENTINA

Derrotado el Brigadier General Bustos en San Roque, el 22 de abril de 1829, se generalizó la insurrección contra José María Paz en todo el territorio provincial y las guerrillas federales fundamentalmente en nuestro oeste no dieron tregua a las partidas pazistas. Se sucedieron los fusilamientos y Paz obtuvo, por parte de la Legislatura, facultades extraordinarias en agosto de 1829, librándole las manos para materializar la campaña más sangrienta del siglo en Córdoba y el inicio del terror sistemático en la Argentina y  sus guerras civiles

Los unitarios justificaban el terror por la necesidad de mantenerse contra una población hostil, que en el caso de Traslasierra, venía marcando claramente su fuerte acervo federal y su profundo rechazo a las fuerzas unitatarias enviadas desde Córdoba. Pese al envío de distintas unidades y de algunos de sus más experimentados jefes,  el oeste cordobés seguía en rebelión contra el nuevo orden instalado en la provincia tras La Tablada . El mismo Paz dejó bien en claro en sus memorias  la valiente resistencia transerrana de gauchos montoneros, con poca experiencia en batalla pero sobrados de coraje y pasión por su causa contra las experimentadas tropas que habían pasado en muchos casos por las batallas de la independencia y hasta la guerra con el Brasil.

Paz el General, el estratega experimentado, rápidamente entendió que sus victorias y su poder estarían amenazados y en riesgo siempre que en su retaguardia estuvieran vivas las fuerzas federales y el fantasma de Facundo.

En nuestro valle, no había fantasmas. Había una región insurreccionada en pie de guerra  para defender una causa, aún ante el terror y la superioridad enemiga

Traslasierra insurreccionada

unitarios y federales e1493844412469 - Nono: la sangrienta historia detrás del nombre del balneario Paso de las Tropas

El panorama que recibe Paz ni bien se apodera del gobierno de Córdoba, es que buena parte de la población cordobesa, fundamentalmente la campaña le era contraria, con un  fuerte rechazo a su persona y a sus planes enmarcados en el unitarismo. En ese ambiente hostil se destacaba nuestro oeste, que además tenía el plus estratégico de limitar con los reductos federales de La Rioja y  San Luis. De esta situación el general deja sus impresiones en sus “Memorias”:

“Los semblantes de todos los pocos habitantes que encontrábamos – dice – nos manifestaban bien a las claras que no acogían bien nuestra llegada, y su taciturnidad parecía presagio de una sublevación en masa…Había pasado casi un día que estábamos cerca de la capital y que el camino estaba libre, y un solo hombre, una sola carta, una noticia de cualquier clase, no se había aproximado a nosotros.» (General Paz. Memorias póstumas – A.Garcia Mellid, Proceso al Liberalismo Argentino, p.224)

El por entonces dueño de la suma del poder en la provincia de Córdoba, durante meses  dedicó un denodado esfuerzo por apaciguar a los rebeldes curatos transerranos. Envió un sinnúmero de partidas, cada vez más importantes, pero siempre con el mismo resultado; volvían derrotadas y con la noticia, de que la zona seguía rebelada aun peor que antes de los envíos.

Sobre esta situación le indicaba en una misiva el Coronel Hilarion Plaza Comandante General de la Frontera del Oeste al General Jose Maria Paz

“La sierra se halla enteramente sublevada, raro es el hombre que se encuentre en su casa, porque todos están con los vándalos. En mi juicio es preciso, para contener este mal, el que V.E destine fuertes divisiones, que obran todas en combinación, porque siendo la única la que está a mis órdenes, que puede perseguirlos, ellos se retiran cuando les conviene y dejan burladas mis esperanzas”

Ante este panorama Paz decide actuar y terminar con el temor y el nerviosismo que le entregaba día a día la retaguardia sublevada de la provincia bajo sus órdenes

Se lanza la Campaña de la Sierra

La pequeña Vendée (Departamento del oeste de Francia que se sublevó contra la República 1893-1896) como le llamaba Paz le quitaba el sueño. No solo por las fuerzas o montoneras federales transerranas, sino fundamentalmente por lo que ellas podían significar en la correlación de fuerzas, ante la inminente invasión de Facundo Quiroga. Dice Paz en sus memorias;

“Los valles situados el oeste de dicha serranía eran el teatro de la insurrección y el desorden. Preferí pues mover una masa considerable de fuerzas distribuidas en varias divisiones y pasando la sierra por otros tantos caminos, caer simultáneamente sobre los valles, abarcando una gran extensión de territorio.

El 31 de diciembre en medio de una fuerte tempestad y con una densa niebla las fuerzas unitarias cruzan las sierras grandes hacia nuestro valle, cuya población ni imaginaba la llegada de una operación militar de semejante envergadura.

04 I Rep Viñeta Federal y Unitaria - Nono: la sangrienta historia detrás del nombre del balneario Paso de las Tropas

Relato de Paz en sus memorias “El Coronel Echeverria, casi despuntando el extremo sur de la sierra tocó la provincia de San Luis, y girando a su derecha franqueó las reuniones enemigas que bordeaban su pendiente occidental, el Coronel Lamadrid con otra División atravesó la sierra enfrente de San Javier, otra división a mis órdenes hizo lo mismo en dirección a Nono, una cuarta aunque más pequeña atravesó la sierra más a mi derecha y finalmente el Coronel Plaza con la última, hizo otro tanto para caer sobre Pocho, desde donde con un movimiento contrario al del Coronel Echeverria, se aproximó lo conveniente a las divisiones del centro”

Según Barrionuevo Imposti en su Historia del Valle de Traslasierra así se desarrolló militarmente desde lo lógico la invasión unitaria a territorio federal transerrano

La columna central de la invasión al mando de Paz probablemente habría seguido el siguiente camino; por la Cuesta de Argel, hasta la Estancia de San Miguel y luego por la Cuesta de Loma Pelada, hasta lo que es hoy el Paso de Las Tropas en la localidad de Nono y Las  Calles.

En tanto que el  Mayor Luna  lo habría hecho por el Camino Viejo de la Pampa de Achala, desde Las Ensenadas hasta San Lorenzo. El Coronel Plaza por su parte, quizás ha seguido la ruta que pasa por la Pampa de San Luis y Quebrada de Guasta y que luego sigue por la Cieneguita y Quebrada de Mussi hasta la Pampa de Pocho.

Las fuerzas de Paz toman el oeste 

Inmediatamente entraron a la región las distintas divisiones, que comenzaron, lo que a la postre sería el único enfrentamiento. Así lo relata Paz

“Hubo muchos encuentros, más en todos fueron arrollados con  pérdidas los enemigos y perseguidos sin descanso”

“Encuentros” dice Paz con lo que deja bien en claro que sus fuerzas nunca tuvieron un enfrentamiento medianamente importante con las montoneras federales, que como podemos imaginar ante el impecable movimiento militar en forma de pinza que barría con destreza de Norte a Sur, todo el valle poco podían llegar a hacer o responder, más que buscar el abrigo del monte y soñar con no ser encontrados.

En todo lo que duró la Campaña de la Sierra, no hubo en ningún momento una mínima simetría entre las fuerzas.

La supremacía unitaria era abrumadora en hombres, armas y sobre todo en experiencia. Unos – los de éste lado de las sierras – jóvenes y viejos rebelados, organizados como podían en pequeñas partidas, casi sin armas, aunque sí con el conocimiento profundo del terreno, sin un mínimo orden militar o mando centralizado.

Mientras, que del otro lado, se encontraba una fuerza de línea, con buena parte de sus hombres y su Comandante veteranos de las batallas de la independencia, de la Guerra del Brasil y de la Guerra Civil, con disciplina militar, mejor pertrechados y al mando de quizás sin ánimo de equivocarnos el estratega más importante que dio sobre un campo el ejército argentino, como lo admitieron los mismos federales tras cada derrota.

Hasta aquí lo que podía ser una mera campaña más de las guerras civiles, donde uno de los bandos en disputa invade un territorio o provincia enemiga y luego de enfrentamientos más o menos cruentos, el ganador pasa a ocupar el poder.

Pero lo que intentamos demostrar en nuestro trabajo es que lejos se estuvo de eso y que, desde nuestro punto de vista,  la campaña de la sierra es el inicio del terror sistemático en la historia argentina.

El General Jose Maria Paz durante la invasión a nuestro valle instauró y pergeñó un  Plan Sistemático de represión y terror sobre las fuerzas y todo aquello que fuese o pareciese federal en Traslasierra. Hubo órdenes estrictas de pasar a degüello a todo federal u hombre o mujer que  pareciese federal. En el camino había mano libre para realizar cualquier tipo de atropello sobre la población en armas (la menos numerosa) y la civil

Para financiarse recurrió al mismo método que condenaba en sus enemigos federales, reuniendo contribuciones o confiscaciones  forzosas entre los vecinos del valle,  a quienes se negaban a  pagar lo esperaban la muerte y tormentos propios o los de sus familiares.

El grado de salvajismo alcanzado por las tropas al mando de Paz y sus oficiales, lo manifiesta con claridad hasta sus propios hombres como el Mayor Domingo Arrieta en sus memorias

«Los coroneles Lira, Molina y Cáceres rindieron la vida entre suplicios atroces. Sus cadáveres despedazados fueron exhibidos en los campos de Córdoba y expuestos insepultos.» Así pudo decir un oficial de Paz, después de explicar cómo habían adoptado la medida de «no dejar vivo a ninguno de los que pillásemos», que:… «mata aquí, mata allá, mata acullá y mata en todas partes, fueron tantos los que pillamos y matamos que, al cabo de unos dos meses, quedó todo sosegado.»

«Los prisioneros son colgados de los árboles y lanceados simultáneamente por el pecho y por la espalda… A algunos les arrancan los ojos o les cortan las manos. En San Roque, le arrancan la lengua al comandante Navarro. A un vecino de Pocho, don Rufino Romero, le hacen cavar su propia fosa antes de ultimarlo, hazaña que se repite con otros. Algunos departamentos de la Sierra son diezmados. Por orden, si no del general, de alguno de sus lugartenientes, ciertos desalmados, como Vázquez Novoa, apodado Corta Orejas, el Zurdo y el Corta Cabezas Campos Altamirano, lancean a los vecinos de los pueblos, en grupos hasta de cincuenta personas.» (Manuel Gálvez. Vida de don Juan Manuel de Rosas. p. 130)

Paz en sus memorias, no resiste su propio espejo e indica; “la campaña de la sierra se llevó a cabo con algunos actos de severidad” 

Por su parte en su obra maestra anti Federal Jose Rivera Indarte , conocida como Tablas de Sangre. El escritor cordobés decía en su periódico escrito en Montevideo sobre la lucha contra las montoneras federales en 1830 “El Nacional se complace en recordar ochocientos de esos asesinatos brutales, no sobre soldados de Rosas, sino sobre argentinos de Córdoba, de San Luis, de La Rioja.”

Tomando en cuenta que Paz indicó que hubo solo encuentros con pequeñas partidas enemigas y que admitió algunos actos de severidad, es muy difícil explicar llegar a 800 muertos. Salvo que abonemos la tesis asumida por los propios hombres de Paz, como ya dijimos, e indiquemos que sobre Traslasierra lo que se vivió fue una invasión cargada de  terror y muerte en forma de sistema para en primer término doblegar y “pacificar” el valle rebelde, extirpando de raíz el germen federal y allí incluimos no solo las montoneras armadas sino la población civil, que claramente como lo indican los principales historiadores y todas las referencias de época, era simpatizante en su gran mayoría de la causa federal.

En segundo término, lo que Paz buscó llevar adelante en nuestra región con su campaña, era algo que el unitarismo con sus diferentes referentes venía marcando cada vez con más fuerza desde el inicio de la guerra civil, ante la impopularidad de su causa en los pueblos del interior, solo la severidad y el terror podía modificar el status quo reinante. Esta idea no es solo propiedad ni de Paz, ni de los Unitarios, a lo largo de la historia de nuestros país y del mundo muchos otros las han llevado adelante con distinta suerte.

Finalmente desde el plano militar una ocupación exitosa, con los departamentos de la sierra totalmente “pacificados”  le permitían a Paz, la tranquilidad de una retaguardia segura, que le permitiera sin sobresaltos esperar y preparar la defensa de una nueva invasión que finalmente Facundo Quiroga llevó adelante contra Córdoba donde fue vencido nuevamente en la Batalla de Oncativo, mediante una formidable maniobra que el general Paz implementa, lo que le hizo decir a Quiroga con admiración  «es un general que gana batallas con figuras de contradanza», en alusión a sus conversiones y flanqueos.

Jose Maria Paz  murió en Buenos Aires en el mes de octubre de 1854 y fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta con los más altos honores

En 1944, por iniciativa de Víctor Martínez, diputado nacional por Córdoba, se creó el Liceo Militar General Paz en la ciudad de Córdoba. En 1956, cadetes de la décima promoción del Liceo trasladaron los restos de Paz desde la Recoleta hasta la Catedral de Córdoba. Años más tarde, por decisión de sus descendientes, los restos de su esposa fueron repatriados desde Brasil, y también descansan junto a los de Paz.

Conclusión final

Paz organizó una formidable operación militar  sobre Traslasierra “La Campaña de La Sierra.  Esta campaña que incluyo una verdadera masacre con todo tipo de atrocidades y  en donde  algunos autores llegan a mencionar dos mil quinientos muertos.

Es sin duda el inicio del terror sistemático en la historia Argentina, si bien en la ya iniciada guerra civil, habían existido actos de terror, eran propios de enfrentamientos o acciones aisladas característicos del Estado de guerra.

Pero lo que se llevó adelante en nuestro valle bajo las ordenes específicas del General José María Paz fue un plan sistemático de muerte y terror que sirviera de escarmiento para la población del interior del país mayoritariamente sumada a las filas federales que rechaza el orden unitario que Paz había empezado a imponer.

La Campaña de la Sierra gracias a  su triste legado, es sin dudas  un antes y un después en las guerras civiles argentinas  y por ello ubica a Traslasierra en el centro de la historia nacional del siglo IXX.

Un hecho poco conocido, olvidado e invisibilizado por la historia oficial del país y de nuestro oeste que merece ser difundido en todo su valor e importancia.

*Autor de «Nono Oasis Comechingon en Traslasierra» Historia de la localidad de Nono). Fuente: Traslasierra Noticias