La pista económica, tras el ataque a tiros en el estacionamiento

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Por Claudio Glesser- Una pelea por dinero surge como posible detonador de la balacera, dentro de un vehículo, en la Terminal de Ómnibus. Una mujer mató a otra e hirió a su concuñado. Los involucrados son de nacionalidad china.

Era una noche más de sábado, con el movimiento típico de un fin de semana. Como parte de su rutina, el guardia de seguridad Carlos Ayala comenzó a recorrer la playa de estacionamiento y el ingreso de los taxis a la Terminal. Cuando estaba por dar su parte de novedades, vía handy, quedó paralizado: fue cuando comenzaron a escucharse detonaciones y fogonazos desde el interior de un vehículo gris polarizado.

Del viaje a la tragedia. El hombre herido yace en el piso: policías esperan la ambulancia. Fue el sábado a la noche, en la Terminal de Ómnibus.
Del viaje a la tragedia. El hombre herido yace en el piso: policías esperan la ambulancia. Fue el sábado a la noche, en la Terminal de Ómnibus.

Asustado, el vigilante corrió a ponerse a resguardo sin entender qué sucedía. Lo mismo harían los taxistas que, a esa hora, hacían fila, esperando pasajeros.

La puerta del conductor se abrió y del interior salió un hombre robusto, malherido, tambaleándose, hasta caer al piso boca arriba. Se oyó un último disparo.

“¿Estás bien? ¿Qué pasó, ‘pa’? ¿Quién fue? ¿Hay personas adentro?”, los gritos de los taxistas comenzaron a superponerse.

El reloj marcaba las 23.12 del sábado cuando las corridas y el griterío inundaron el estacionamiento principal de visitantes a la Terminal de Ómnibus cordobesa.

Dentro del Citroën Spacetourer gris, según la reconstrucción judicial, una mujer sacó una pistola Bersa 380 y, desde atrás, ejecutó a tiros a una mujer mayor y luego baleó a su concuñado, quien alcanzó a escapar. Después, se llevó el arma a la cabeza y se quitó la vida.

Todos los protagonistas son de nacionalidad china.

Comercio. Uno de los supermercados, en barrio Patricios.
Comercio. Uno de los supermercados, en barrio Patricios.

La víctima fatal fue Luiyin Sheng (63), quien murió de dos impactos; mientras que su hijo Zheng Zhilin (38) es el hombre que resultó con cuatro disparos (dos en la espalda y otros dos en el cuello), y por estas horas pelea por su vida en la terapia intensiva del Hospital de Urgencias. Está inconsciente, en estado grave y conectado a un respirador artificial.

La sindicada autora del brutal ataque, y de la matanza, es Xhen Weiyong (40). Murió en el vehículo, tras efectuarse el disparo.

La causa está en manos del fiscal Rubén Caro. Para el funcionario judicial, y para el grupo de investigadores que dirige, el caso está aclarado y no se busca a terceras personas. Todos los involucrados estaban en ese rodado, según surge de la investigación.

Ahora bien, los pesquisas tratan de descifrar qué fue lo sucedió.

Descartado el móvil de un robo y de un ataque de terceros, la hipótesis central es que todo se habría desencadenado en el marco de una violenta discusión presuntamente por dinero o por negocios.

El hombre herido y la mujer que gatilló la Bersa forman parte de una familia china que explota comercialmente al menos cuatro supermercados en Córdoba, según dijeron fuentes del caso.

Uno de los comercios, y donde vivían, está en barrio Patricios.

La barriada está bajo estupor. “Son, eran, gente buena, nunca hubo un problema”, comentaba ayer una vecina a la prensa.

Si la pista de una pelea económica es la que cobra fuerza por estas horas, no se descartan otras posibilidades, como una discusión por motivos personales.

En el rodado se halló efectivo: 46.600 pesos argentinos, 14.500 dólares y 565 yenes.

¿Qué hacían en la Terminal?

Las dos mujeres estaban por tomar un ómnibus de larga distancia que las iba a depositar en la ciudad de Buenos Aires.

En las próximas horas, en tanto, la mujer mayor iba a viajar desde Ezeiza hasta China por razones que no están claras.

“Quien sabe qué pasó y puede aportar los elementos centrales, lamentablemente, está muy grave en una cama de hospital, con una máscara de oxígeno, inconsciente”, comentaba ayer un detective, refiriéndose a Zheng Zhilin.

Traductor se busca

Entre las medidas que dispuso el fiscal Caro está obtener una traductora o traductor que pueda ayudar a comprender los testimonios (y datos) que brinden los allegados a la familia china.

Eran poco más de las 23 del sábado, cuando la Citroën Spacetourer gris, último modelo, vidrios polarizados, entró y y se estacionó. El hombre manejaba, su madre iba como acompañante y la concuñada en la parte de atrás.

Las cámaras de seguridad son contundentes: no se ve a terceros acercándose al vehículo. Todo ocurre en el interior del rodado.

Si hubo gritos o peleas, en principio, nadie escuchó nada raro. Lo que sí se oyeron fueron los al menos siete balazos.

No hubo otras víctimas. El guardia que descubrió todo corrió al puesto de control a pedir ayuda. Desde allí, se dio parte a la Policía.

“Había algunos autos estacionados, había varios taxis en fila, había movimiento de gente, lo usual… Pero nadie se imaginó que iba a pasar esto. Fue todo muy rápido y confuso”, comentaba ayer Oscar, un taxista, mientras esperaba un viaje. “El muchacho estaba tirado, herido, y nadie sabía qué había pasado. Es más, se comentaba que él las había matado”, dijo.

A los segundos, la zona quedó copada por uniformados. Armas en mano, los policías se acercaron al sector donde estaba el Citroën. Mientras algunos ayudaban al hombre, que agonizaba sobre el pavimento, otros efectivos se acercaron a ver qué sucedía dentro y temían más disparos. Dentro del vehículo estaba el drama: las dos mujeres muertas a balazos.

Ante gran cantidad de curiosos, Zheng Zhilin fue atendido y trasladado al Hospital de Urgencias. Desde el centro de salud indicaron que presenta graves lesiones, principalmente, en la zona pulmonar.

Desde un primer momento, los pesquisas se pusieron a trabajar. Sin embargo, el idioma se convirtió en un complicado obstáculo.

Si bien ayer ya hubo algunos contactos con familiares y allegados a las víctimas (hablan a medias el castellano), todo se circunscribió a ayudarlos con los puntos procesales básicos, como la entrega de los cuerpos.

No está claro qué hacía el arma y de quién era. Las miradas se centran en el hombre que yace conectado a un respirador artificial.

¿Fiscalía nueva? La causa podría pasar al fuero de Violencia Familiar. El motivo radica solamente en que los involucrados son familiares y se usó un arma.

FUENTE Y FOTOS.La Voz del Interior