Por Adrián Camerano. La persistencia, el carisma de su cantante y la honestidad brutal. Quizás en ello se sustente el éxito de Jóvenes Pordioseros, una banda sin eximios músicos ni una voz líder afinada, de la que apenas sobrevive un integrante de su formación original. En su paso por Krakovia –Bv. Las Heras 49, Córdoba- y ante un público fiel, el grupo brindó el sábado 14 un show breve, efectivo y contundente. Desprolijo, también: la actuación abundó en monólogos del cantante “Toti” Iglesias, suerte de Bruce Springsteen criollo, líder obrero del rock con grandes dotes en su rol de frontman.
Poco de todo esto importó a los seguidores de una banda que ya tiene seis discos y muchos kilómetros de ruta, y que desde 1993 se ha reinventado muchas -quizás demasiadas- veces. En su show cordobés presentaron un set rápido y furioso, que paradójicamente abrió con un tema de Hijos del Oeste (100% Pordiosero), el grupo que Iglesias formó en su salida de la banda de 2008, y siguió con Pánico, Nunca me enseñaste y Pegado. Los Rolling Stones, esa gran banda inspiradora de buena parte del rock argento, fueron visitados en una poco ortodoxa versión del She´s So Cold, y con algunos acordes de Paint It Black, mezclados en una versión de Por lo que yo te quiero, del malogrado Rodrigo. El set list continuó con No la quiero dejar y Adicto, y tuvo otro homenaje: Vicio, de Ratones Paranoicos.
Exponentes del rock stone local, Jóvenes Pordioseros se inscribe en la línea menos sutil y más cruda del subgénero, en la que abrevaron bandas como Viejas Locas, Intoxicados y La 25. Con pocos vasos comunicantes con otros grupos “del palo” que sí tienen más matices que mostrar, como Ratones Paranoicos y Blues Motel. Pero con una propuesta cruda y efectiva, de guitarras bien al frente, letras explícitas y sobre todo honestas.
Para el final llegaron algunos temas nuevos (Late, Guinness, Rockabilly), otras más antiguas (Asesina) y otro tributo, Yo no me sentaría a tu mesa, de Los Fabulosos Cadillacs. En versión pordiosera, claro, y con un “Toti” Iglesias apoteótico mezclado entre el público.
Pogueando ahí, entre los suyos.
